El diagnóstico y la prescripción en Fisioterapia
Artículo de D. Miguel Villafaina en la revista Fisioterapia Andaluza

25-01-2017
Consejo de Fisioterapeutas de España
En los últimos tiempos, hemos tenido ciertas declaraciones desafortunadas por parte de determinados especialistas médicos que ponen en duda nuestra capacidad diagnóstica y de prescripción dentro del ámbito de nuestra competencia. No pretende esta editorial justificar lo que ya está justificado en el marco de la normativa aplicable a nuestra disciplina e incluso en la jurisprudencia, simplemente, se pretende argumentar que en Fisioterapia el diagnóstico y la prescripción es una necesidad que permite el desarrollo de nuestra práctica clínica como profesionales sanitarios con capacidad autónoma en la toma de decisiones, en la dirección y supervisión de nuestra actividad profesional, lo que genera garantía y seguridad en nuestras intervenciones. Si no fuera así, no tendría sentido haber alcanzado el máximo desarrollo académico y científico, como tampoco hubiese tenido sentido tener Área de Conocimiento propio que transforma a la Fisioterapia en una ciencia y, por tanto, en una disciplina, llevándonos a ser la máxima autoridad académica y científica en al campo de la Fisioterapia. Esto es así, y no tiene otra interpretación o alternativa, como tristemente algunos presuntos “iluminados” pretenden. Y es que, nunca ha sido intención de las organizaciones representativas de los fisioterapeutas invadir espacios y competencias ajenas y propias de otras profesiones sanitarias, y tratamos siempre con mucha cautela y sensibilidad este asunto, porque, desgraciadamente, es posible que seamos la profesión que más intrusismo soportamos, pues siempre han intentado desgajarnos, como si de una fruta mandarina se tratara, queriéndonos arrebatar contenidos que forman parte de nuestra esencia profesional y de los actos típicos que nos hacen inconfundibles y que justifican nuestra presencia como profesionales sanitarios. El trabajar en equipos multidisciplinares y crear sinergias interprofesionales es el modelo irrenunciable de la práctica clínica en fisioterapia. No creo, ni mucho menos, que estemos sumidos en una “batalla” de terminologías que pretenda ser de exclusividad de unos profesionales sanitarios endetrimento de otros, en relación, por ejemplo, con el uso del término “diagnostico”, pues este término no debe ser algo exclusivo y no compartido. Parece, en algunas situaciones y declaraciones, que pretenda ser este término único elemento identificativo de la clase médica, lo que, sin duda, aleja de forma poco racional la realidad profesional de tan necesaria y noble profesión. No parece que importe mucho el uso del término “diagnosis” (sinónimo de diagnóstico) para detectar los problemas de un motor de automóvil o cuando lo utilizan los titulados Técnicos Superior en Estética Integral y Bienestar, pues así está recogido en su normativa, publicada en el BOE, apareciendo reiteradamente conceptos como: “Realizar el diagnóstico y diseñar protocolos estéticos personalizados” dentro de sus competencias. Sin embargo, cuando surge el “Diagnostico de Fisioterapia”, ya sí se considera como una intromisión en espacios competenciales reservados a determinados profesionales sanitarios. Resulta incomprensible que todavía tengamos que salir al paso de un tema que ya está asumido, caducado y ampliamente debatido y que no interesa a nadie; pero ello, no nos va a restar nuestra paciente voluntad de volver a defender nuestro rol en el diagnóstico. Nada nuevo digo, pues todos sabemos, que quien diagnostica las enfermedades son los médicos, como también dentistas, podólogos, enfermeros tiene su propio diagnóstico en la esfera de sus competencias. La fisioterapia relaciona su diagnóstico con la posible existencia de una alteración de movimiento y que supone la esencia de nuestro diagnóstico. Siendo, portanto, el movimiento alterado, el que nos lleva a desarrollar una meticulosa y exhaustiva valoración con fines diagnósticos, como no puede ser de otra manera. Es un paso previo e indispensable para poder establecer criterios fisioterapéuticos, que nos permite valorar resultados partiendo de premisas aderezadas en su enfoque con la aplicación de razonamiento crítico. Mucha cautela tuvimos al señalar y aplicarlos términos para evitar confusión. Así, “acompañamos” al término “diagnóstico” con conceptos que verdaderamente reflejaran nuestra realidad profesional y competencial. De ahí, que consideráramos el término “valoración diagnóstica” como algo propio que marcara la diferencia, haciendo clara referencia al interinario que siguen nuestros pacientes cuando somos consultados. La valoración es el primer paso en el contacto con el paciente, tratando de detectar problemas de salud, y en nuestro caso el estado funcional del paciente, considerando los aspectos físicos, psicológicos y sociales. Todo ello lo realizamos mediante la recogida de datos y análisis de la situación, recurriendo al juicio clínico y alrazonamiento crítico, que nos dirige hacia unas conclusiones diagnosticas diferenciales. Ello nos lleva inequívocamente a establecer medidas prescriptoras tendentes a darrespuestas terapéuticas a los hallazgos observados, con las herramientas propias de nuestra disciplina y entra ellas destacar el ejercicio con fines terapéuticos como parte esencial en el tratamiento de las afecciones o alteraciones de los diferentes sistemas del cuerpo humano como el sistema nervioso, cardiovascular, musculoesquelética, etcétera. El Diagnóstico en Fisioterapia es una realidad nosológica que debemos seguir fortaleciendo, y así lo hemos querido reflejar en este primer editorial del año recién estrenando, y como destacaba en mi primer tuit de este 2017: la fisioterapia nos hace felices a los que la practicamos porque tenemos la oportunidad de hacer algo por los demás.
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