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DÍA NACIONAL DEL TRANSPLANTE
La Fisioterapia favorece la recuperación física y emocional de los pacientes trasplantados.
Toledo es la provincia de Castilla – La Mancha con más trasplantes
Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha
Cada 27 de febrero se celebra el Día Mundial del Trasplante. La fecha, impulsada por la Organización Nacional de Trasplantes de España, busca concienciar a la población del beneficio de la donación de órganos: dar vida a otro ser humano. Desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla – La Mancha (COFICAM) recuerdan que la Fisioterapia y la labor del fisioterapeuta son claves tanto en la recuperación física como emocional del paciente que ha sido sometido a un trasplante.
España se situó en 2019, por vigésimo séptimo año consecutivo, a la cabeza mundial en cuanto a número de trasplantes y donantes. Toledo es la provincia de Castilla – La Mancha con más trasplantes. Según COFICAM, el trabajo de los profesionales empieza antes de que se realice la operación, periodo en el que se dedican a preparar al paciente para que logre un buen tono muscular previo a la cirugía, ya que después es habitual la pérdida de fuerza. “Si el paciente tiene un buen tono muscular, será capar de tolerar mejor la cirugía y su recuperación será más rápida y exitosa”, puntualiza el colectivo de fisioterapeutas.
Durante el trasplante el equipo de Fisioterapia ayuda a evitar complicaciones en la mecánica respiratoria, y contribuye a agilizar la retirada de la Ventilación Mecánica Invasiva (VMI). En el caso de pacientes trasplantados de pulmón y corazón, la intervención de estos profesionales resulta fundamental para una adecuada eliminación de secreciones y para el aprendizaje de una correcta mecánica respiratoria.
Por otro lado, en la recuperación de los trasplantes de hígado y riñón también es necesario el tratamiento con Fisioterapia para poder ayudar al paciente a pasar de una vida y actividad limitadas, a una vida más normal, además de prevenir la fatiga muscular y el dolor musculoesquelético.
“A la hora de hacer ejercicios de recuperación, el ejercicio terapéutico, siempre bajo la supervisión del fisioterapeuta, ayudará al paciente a mejorar el funcionamiento del órgano, además de reportar importantes beneficios al paciente en el plano emocional”, afirman desde COFICAM.
Los procedimientos fisioterápicos empleados van desde las movilizaciones, el propio ejercicio terapéutico, masajes suaves en la espalda y en áreas adyacentes que se contracturan mucho tras un trasplante de riñón o hígado, hasta la termoterapia (con calor con sacos de semillas, manta eléctrica o bolsa de agua caliente, entre otros); siempre implementados tras un proceso individualizado de valoración, que permita realizar una adaptación adecuada a las posibilidades reales del paciente y a su grado de tolerancia al ejercicio.