EL CPFCyL DENUNCIA LA FALTA DE CRITERIO EN LA CONCESIÓN DE ERTES POR FUERZA MAYOR
“Nuestros/as colegas podrían haber permanecido abiertos, pero han cerrado incluso antes de la declaración del estado de alarma por responsabilidad sanitaria”

03-04-2020
Colegio Profesional De Fisioterapeutas De Castilla Y León
 Salamanca, 02 de abril de 2020. El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León se ha dirigido en dos ocasiones al Consejero de Industria y Empleo de la Junta de Castilla y León, Germán Barrios, para denunciar el criterio agravante en nuestra Comunidad con respecto a otras, y para ofrecerse a argumentar con criterios sanitarios la necesidad de cierre de las pequeñas clínicas de fisioterapia, con el fin de contribuir a frenar la expansión del COVID19.

 

Desde el inicio del Estado de Alarma, los centros sanitarios privados están obligados a abrir, salvo en aquellos casos en los que no existe urgencia o sus servicios no sean considerados esenciales. El error, como relata el presidente del Colegio Profesional, José Luis Morencia, ha sido “que el Ministerio no ha sacado una orden que establezca qué centros sanitarios considera esenciales o no” provocando así una situación en la que el colectivo de fisioterapeutas se ha visto perjudicado, junto a otros como odontólogos, podólogos o nutricionistas.

 

No se trata de dar un paso atrás, según Morencia, ya que “la mayor parte de los profesionales sanitarios de la institución colegial se han incorporado como voluntarios a los listados de la Junta de Castilla y León para ayudar, en la medida de lo posible, y de forma desinteresada, tanto en centros sanitarios como en sociosanitarios”.

 

Si bien entendemos que la fisioterapia, sobre todo la respiratoria y en pacientes críticos, es una disciplina esencial en esta situación sanitaria, estas intervenciones profesionales no tienen nada que ver con el ámbito privado, donde los pequeños negocios de fisioterapia se centran en la prevención de patologías y en traumatismos y lesiones que, con la aplicación del Estado de Alarma, podrían esperar, ya que el perjuicio de diseminar el coronavirus se antepone a todo lo demás, como responsables que somos en el sector de la salud pública”.

 

Por este motivo, de forma masiva, las clínicas de fisioterapia solicitaron ERTES por fuerza mayor, demostrando la ausencia de urgencia de los tratamientos así como la falta de EPIs, que ha sido certificada y constatada por varios proveedores.

 

Tal como reza un oficio del Ministerio de Trabajo y Economía Social al que ha tenido acceso el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas, en los ERTES de clínicas de fisioterapia concurren claramente la suspensión de actividades por motivos de salud pública así como por la imposibilidad objetiva de seguir prestando los servicios, sin entrar a considerar la ya conocida en toda Europa falta de equipos de protección, guantes, mascarillas y material de aislamiento.

 

La cuestión no sería tal si este oficio se hubiera atendido”, afirma Morencia, “el problema es que a clínicas, con la misma documentación presentada, se les ha concedido el ERTE, y en otras no, así como en unas autonomías se han concedido la práctica totalidad, y como es clásico ya, en Castilla y León vamos a quedar fuera del reparto. De hecho, en algunas provincias, directamente, se han desestimado todas”, ha añadido. De igual modo, el presidente del Colegio ha ofrecido, desinteresadamente, la institución colegial a las autoridades de empleo “por si necesitaran una justificación centro por centro de la ausencia de urgencia, ya que la Consejería de Industria, entendemos, puede carecer de ese criterio técnico”.

 

El Colegio Profesional de Fisioterapeutas comprende la urgencia de la situación actual y se pone a disposición de las autoridades sanitarias. En la actualidad, hay profesionales de fisioterapia en primera línea de actuación en hospitales, UVIS, UCIS, centros sociosanitarios y apoyando en tareas administrativas y de gestión, tanto en atención primaria como hospitalaria. Asimismo, se han publicado y personalizado rutinas de ejercicios para evitar las consecuencias en la salud del confinamiento, a la vez que se han atendido de forma telemática casos esenciales y de necesidad.

 

Nuestra voluntad es seguir sumando y acabar cuanto antes con esta pesadilla, porque entre las consecuencias del aislamiento prolongado de la población, y las posibles secuelas en el sistema cardiovascular y respiratorio que, al parecer, provoca el COVID19, nuestra profesión será, sobre todo, de extrema relevancia próximamente” ha afirmado Enrique García Garcés, vicepresidente del CPFCyL.

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