[ENTREVISTAS COVID-19] “Lo primero que me pasó por la cabeza fue el miedo: miedo a la enfermedad y a estar lejos de mi familia” Anabel Bueno, fisioterapeuta contagiada por Coronavirus

24-04-2020
Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía

Anabel Bueno. Colegiada 1652

 

Anabel, fisioterapeuta de Atención Primaria en el Distrito Metropolitano de Granada, es una de las compañeras contagiada (ya curada) por el Covid-19. En esta entrevista nos cuenta su experiencia, sus miedos y los pros y contras de los profesionales sanitarios cuando contraen una enfermedad como el Coronavirus.

 

 

¿Cuándo descubriste que podías estar infectada?

Realmente no tenía ni la más mínima sospecha. Cuando empecé a tener sintomatología, al coronavirus no se le daba importancia que tenía. Comencé con un simple dolor de garganta el 9 de marzo, muy similar al de años anteriores por estas fechas. No cumplía ninguna característica, pero hablé con una amiga de Madrid infectada y me dijo que no tenía ni los sentidos del gusto ni del olfato. Un detalle que después comenzó a describirse como síntoma de esta infección.

 

El momento decisivo fue cuando mi compañero, con el que compartía coche, también alertó que tenía síntomas respiratorios y nos mandaron directamente a epidemiología para realizarnos los test. Sorpresa cuando dimos positivos, a fecha del 17 de marzo, recién iniciado el confinamiento. La coordinación y dirección del centro de salud fueron muy rápidas y eficaces. Al día siguiente de haber informado, ya estábamos citados para hacernos el test PCR y seguimiento a todas las personas que pudieron estar en contacto con nosotros.

 

¿Cuándo enfermaste pensabas que la profesión estaba muy expuesta al virus?

Obviamente sí. Trabajamos por contacto directo con el paciente y los recibíamos sin saber si eran portadores o no. Igualmente, los pacientes se exponían al ir al centro sanitario. Las primeras medidas, antes de que se declarase el estado de alarma y se anulase la actividad asistencial no urgente, no eran tan drásticas.

 

¿Tomaste precauciones de seguridad cuando las noticias sobre el coronavirus fueron aumentando en los días previos a que saltaran todas las alarmas?

Sí, incluso antes. Los sanitarios recibimos información, sesiones clínicas y reuniones, aunque no disponíamos de equipos de protección individual para el trabajo asistencial del fisioterapeuta en esos momentos. Nuestras medidas se basaban en higiene de manos, en no agrupar a distintas personas en una misma sala, educar a los pacientes sobre cómo estornudar o toser y dar aviso de aquellos que podían ser sospechosos de sintomatología compatible.

 

¿Qué se pasa por la cabeza en el momento en el que ya se está casi seguro de que los síntomas confirman que tienes el COVID19?

Aunque resida en Granada, soy gaditana y toda mi familia está en Cádiz. Así que lo primero que me pasó por la cabeza fue el miedo, miedo a la evolución de la enfermedad y a estar lejos de mi familia. Un simple dolor de garganta empezó a cambiar. Pese a no haber requerido internamiento ni asistencia médica, la primera semana comencé a desarrollar fiebre, dolores de cabeza continuos, dolor muscular, falta de apetito, vómitos, diarrea, pérdida absoluta del gusto y el olfato, dolor en el pecho y sensación de ahogo que, a veces, no diferenciaba si era por el virus o por la ansiedad ante lo desconocido. A los ocho días mejoré y pasé a sintomatología leve. Repetí la PCR a los catorce días y volví a dar positivo. Siete días más tarde, por fin salió negativo.

 

 

¿Ayuda el hecho de ser profesional sanitaria a sobrellevar la enfermedad con otra mentalidad?

Sí y no. Sí, porque tienes contacto con compañeros de primera línea y puedes hablarles, preguntarles dudas. No, porque como muchos sanitarios, analizas continuamente la sintomatología y te llega información por tres fuentes. De los medios de comunicación, de la experiencia de los compañeros y la que tú mismo investigas leyendo artículos científicos. Ese exceso de información puede pasar factura emocionalmente.

 

¿Cuál crees que pudo ser la fuente de contagio?

A día de hoy no lo sé. Pudo ser la exposición laboral o en mi vida cotidiana, haberme cruzado con algún contagiado asintomático o con sintomatología leve. El problema de este virus es precisamente la facilidad de contagio. Por esas fechas, aún se realizaban actividades con importantes agrupaciones de personas. Creo que no éramos muy conscientes de lo que se nos avecinaba.

Acceder a la noticia
Esta página web usa cookikes
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Puedes obtener más información aquí: Más información